hasta la Plaza
de León. Un lateral de ella, el de la derecha, si se
recorre desde la Plaza de León, en dirección
al Parque del Salón, esta cubierta de soportales sostenidos
por columnas prismáticas. Refugio de los palentinos
en el crudo invierno, y sombra en los calurosos estíos
de Palencia. En mi juventud, mis amigas, Amparín, Lola,
Margarita, Trini y yo, paseábamos la Calle mayor en
las dos direcciones varias veces, seguidas de alguno de nuestros
admiradores, que a veces se ponían a nuestro lado,
y otras, se conformaban con seguirnos piropeándonos
de vez en cuando. En ella comenzaron a rodar la película
que lleva su nombre, hace ya muchos años, pero por
no sé que causas terminaron de rodarla en otra ciudad
castellana.
Buscamos la Plaza de la Inmaculada. En ella están situados
dos lugares emblemáticos: La Catedral y el edificio
donde estuvo ubicada la antigua Escuela Superior de Magisterio,
donde yo hice mis estudios de maestra. Hoy, frente a ella,
sólo queda un romántico monumento dedicado al
Maestro, a quien acompaña un Niño… De
allí salimos varias generaciones de docentes que recorrimos
los pueblos de España, llevando en nuestro equipaje,
montones de conocimientos e ilusiones ávidos de compartirlos
con nuestros alumnos. ¿Hay alguna profesión
más bonita que enseñar al que no sabe? Se me
ocurren otras muchas: curar a los enfermos, por ejemplo…
La Catedral, apodada la ‘Bella Desconocida’, quizás
su aspecto exterior, no hace justicia a todo lo que esconde
su impresionante interior…Fue edificada sobre una basílica
visigoda de Wamba en el siglo VII. Cuatro siglos más
tarde, Sancho III de Navarra, mandó edificar sobre
ella una iglesia románica, sobre la que, por fin, se
edificó la magnífica Catedral gótica
de San Antolín. Sería largo de contar si tuviera
que describir las numerosas capillas que la componen, así
como todas las características de su arte gótico
puro, y de sus maravillosos vitrales que parecían recién
restaurados. Yo, como siempre, también me fijé
en ese otro arte, más natural: Sobre su tejado las
cigüeñas, simpáticas y protegidas zancudas,
han encontrado un lugar cómodo y seguro donde vivir
y criar a su, siempre hambrienta, prole…
Buscando sombras y evitando los rayos implacables del sol
de Castilla, que amenazaba con derretirnos la sesera, llegamos
a un lugar fresco y sombreado: El Parque de La Huerta de Guadián.
¡Qué recuerdos! Música en vivo y en directo.
Canciones románticas de la época: boleros, pasodobles,
tangos. Vestido y zapatos de medio tacón, sólo
para los domingos y fiestas de guardar. Una peseta, sólo
de vez en cuando, para tomar un refresco. Dieciséis,
diecisiete años… Era el baile de las modistillas,
estudiantes y los soldados de la Fábrica de Armas.
Amparín, Lola, Trini, Margot, mis Palencia un año,
y yo. Acudían los chicos a ella, a Margot, como las
moscas a la miel. Alguno de los que a ella le sobraban, nos
caían a nosotras. Bailes castos, poco pegados. Mejor
dicho: despegados
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